Archivo | diciembre, 2013

Dietario: Volviéndome malo

31 Dic

Volviéndome Malo

Breaking bad, rompiendo en malo, bien y mal, blancos y negros en un mundo gris lleno de luces y aún más lleno de sombras. Así dividimos el mundo y no con una raya sino con un muro infranqueable: los que son malos y se portan mal allí, mientras que nosotros que somos tan buenos nos pondremos aquí. Nada de mezclas ni de disoluciones, las cosas claras y el chocolate espeso… Pereza. Una perezosa y triste visión de un mundo simplificado contemplado en alto contraste. Pues que ni tan bueno ni tan malos. Bárcenas, Mato, el señor White, Roldán, Annibal Lecter, Parcuellos y Guernica, tú y yo. Todos malos, bien malos. El hombre es un lobo para el hombre que dijo Plauto. Ah, que tú no lo

harías… No, tú nunca. Tú eres incorruptiblemente bueno, claro. Pongamos que eres un SS alemán en Auschwitz; no mejor aún, pongamos que te toca ser allí un sonderkommando. Sí, los comandos especiales de prisioneros judíos (o no judíos) que eran seleccionados para trabajar en las cámaras de gas y fueron herramienta imprescindible en el Holocausto. ¿No? ¿No hubieras quitado la ropa y pertenecías a tu propio pueblo? ¿No los hubieras dirigido a la ducha? ¿No los habrías tirado a los hornos? Total, ¿qué recompensa habría sido no ser todavía tú el exterminado? Pero claro aquello eran las circunstancias. Ay, las circunstancias… Fuera de psicopatías todos tenemos el mal dentro y son las circunstancias las que nos lo despiertan, pero una vez despierto… ¿Quién lo para? Ese es el valor de Breaking bad, nos pone en la piel de un tipo que dadas unas circunstancias se vuelve malo y, aunque los benevolentes guionistas (en esta línea va un pequeño spoiler, lo subrayo para obviarlo) lo redimen en cierto modo al final y nos reconcilian con él, nos colocan en la complicada situación de juzgarnos a nosotros mismo porque también lo haríamos. Amigos, en este país (extendible a todos los países) no roba quien quiere sino quien

puede y cada vez veo más malos y veo el mal más cerca.